La depresión, más allá de la tristeza
Hoy quiero enfocarme en algo que quizás hayas escuchado antes, pero que no siempre se entiende en toda su magnitud: cómo la depresión afecta nuestro cuerpo, no solo nuestra mente.
La depresión no es solo sentirse triste o desesperanzada, es mucho más que eso. Y muchas veces, esos síntomas emocionales vienen acompañados de algo que a veces pasamos por alto: cambios en nuestro cuerpo. ¿Sabías que tu cerebro, cuando atraviesas una depresión, literalmente cambia? No es solo cuestión de "no querer salir de la cama", sino que hay alteraciones reales y tangibles que suceden en tu cerebro y, por ende, en todo tu cuerpo.
¿Qué sucede en el cerebro?
En primer lugar, hay algo que se llama neurotransmisores. Son sustancias químicas que envían señales entre las células de tu cerebro, ayudando a regular emociones, pensamientos y hasta tu nivel de energía. Cuando estás deprimida, estos neurotransmisores (como la serotonina, dopamina y norepinefrina) están desbalanceados. Esto puede hacer que te sientas constantemente triste, sin motivación o incluso que pierdas el placer por cosas que antes te gustaban. Es como si la "fuerza" para disfrutar de la vida estuviera desconectada.
El impacto en el cuerpo:
Pero no solo es cosa del cerebro. Cuando esos neurotransmisores no están funcionando bien, también afecta otras áreas de tu cuerpo. Quizás te has sentido más cansada de lo usual, ¿verdad? O has notado que dormir se vuelve complicado, o que, por el contrario, duermes en exceso. Esto sucede porque esos mismos neurotransmisores regulan también el sueño. Y si algo está fuera de lugar, tu ciclo de descanso se ve alterado.
A veces, incluso experimentamos dolor físico. El dolor muscular, dolores de cabeza, o incluso malestares gastrointestinales, son comunes en personas con depresión. Esto tiene mucho que ver con lo que ocurre en tu cerebro, que puede estar enviando señales equivocadas a otras partes del cuerpo. Es como si tu cuerpo estuviera tomando la depresión de manera literal, manifestándose a través del dolor físico.
¿Qué más pasa?
Otro aspecto importante es la respuesta del cuerpo al estrés. Cuando estamos deprimidas, nuestro cuerpo se siente en un estado de "lucha o huida", algo que está relacionado con el cortisol, la hormona del estrés. El cuerpo entra en modo alerta, incluso cuando no hay una amenaza real. Esto puede causar problemas de concentración, de memoria, e incluso de digestión, ya que tu cuerpo no está relajado para llevar a cabo estas funciones de manera eficiente.
¿Entonces qué hacer?
Lo primero es que si te estas sintiendo así, es real y que no es tu culpa. La depresión puede afectar tu cuerpo de muchas maneras, pero también puedes tomar pasos hacia una recuperación. Como prioridad está hablar con un profesional, pero también puedes hacer actividades como el ejercicio, cuidar tu alimentación, practicar mindfulness… son pequeñas decisiones que puedes tomar todos los días para empezar a sentirte mejor, porque mereces estar bien, en todos los sentidos.
Quizá alguna se preguntará ¿Y qué puedo hacer con mi amiga o familiar que está atravesando por esto? Lo primero y más importante es estar presente. No siempre necesitamos tener las palabras perfectas para consolar a alguien, lo que realmente ayuda es escuchar sin juzgar, ofrecer un espacio donde la otra persona se sienta aceptada tal y como es. A veces, los gestos pequeños, como enviar un mensaje de apoyo o invitarla a hacer algo sin presionarla, pueden hacer una gran diferencia. Además, si notas que está luchando por encontrar la motivación para buscar ayuda, acompañarla a una consulta o ayudarla a investigar sobre terapias puede ser un gran apoyo.
Recuerda que no estás sola en esto, y que es válido pedir ayuda. Y si acompañas a alguien, tu apoyo constante puede ser un ancla en medio de la tormenta.
¿Quieres una sesión con Irly?
Puedes agendarla aquí, sólo haz click
Versículo Lema: Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida”. Prov 4:23 RV-60