¿Descubriste una infidelidad? Qué hacer cuando tu mundo se cae a pedazos
Descubrir una infidelidad es una de las experiencias emocionales más traumáticas que alguien puede vivir. No solo hiere el corazón, sino que sacude tus bases más profundas: la confianza, la identidad, el valor personal y el futuro que habías proyectado.
📊 ¿Sabías que…?
El 20-25% de los matrimonios experimentan infidelidad en algún momento, según el Instituto para Estudios de Familia y Matrimonio de EE.UU.
Pero hay esperanza: entre un 60-75% de las parejas que pasan por una infidelidad y reciben terapia especializada, logran reconstruir su relación.
Según Esther Perel, reconocida terapeuta de parejas, "una infidelidad no siempre es el fin; a veces es el inicio de una conversación que debió haberse dado mucho antes."
🛑 Primero: no tomes decisiones impulsivas
El primer impulso puede ser cortar todo. Pero estás en shock. En ese estado, tu cerebro está en modo supervivencia, no claridad. Date permiso de no decidir todavía.
"El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias." — Proverbios 27:12
🗣️ Segundo: buscá una red de apoyo sabia
Contárselo a todos no siempre ayuda. Elegí a 1 o 2 personas maduras, seguras y que te amen de verdad. Idealmente, un terapeuta con experiencia en crisis de pareja. Esto no es algo que se maneje solo.
🧠 Tercero: cuidá tu salud mental y física
La infidelidad afecta tu sistema nervioso. Dormís mal, tenés pensamientos intrusivos, ansiedad, taquicardias, dolor en el pecho, y hasta síntomas similares a la depresión. Comer, dormir, moverte, orar, no son lujo, son supervivencia.
"¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo?" — 1 Corintios 6:19
💬 Cuarto: no intentes entender todo ya
No necesitás todas las respuestas ahora. La obsesión por el “¿por qué?” puede volverse destructiva. Muchas veces la infidelidad no tiene sentido lógico: es una suma de vacíos, decisiones erradas y una desconexión no resuelta.
💡 Quinto: recordá que la reconstrucción es posible… a pesar de todo
Sí, hay matrimonios que se restauran. No todos. Pero muchos sí. Eso no pasa solo con el tiempo, sino con trabajo terapéutico serio, compromiso mutuo y fe en acción.
“He aquí, yo hago nuevas todas las cosas.” — Apocalipsis 21:5
📌 Y si no hay reconciliación…
Dios no te condena por eso. Hay relaciones que no se restauran, pero vos sí podés sanar. Y eso también es redención. Tu vida no terminó. De hecho, puede comenzar de nuevo, con más luz, límites sanos y amor propio.
📥 Si estás en este momento difícil, no estás sola ni solo.
Hay procesos terapéuticos cristocéntricos que pueden ayudarte a encontrar dirección, dignidad y paz en medio del caos.
📩 Envíame un mensaje en el link que te dejó aquí abajo para más información o recursos de ayuda.
¿Quieres una sesión con Ale?
Puedes agendarla aquí, sólo haz click
Versículo Lema: “Porque olvidarás tu aflicción, como aguas que han pasado la recordarás”. Job 11:16 RV-60