El Amor Que Me Enseñó a Cuidarme
Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Juan 15:12 (RVC)
Durante años pensé que el autocuidado era un lujo. Algo que una mujer cristiana fuerte, comprometida y entregada simplemente no necesitaba. Porque cuidar de otros era más importante. Porque siempre había algo más urgente. Porque Jesús lo dio todo, ¿verdad?
Pero un día me vi agotada. Mi mente no encontraba descanso, mi cuerpo tampoco. Mi alma, menos. Y fue ahí cuando el Espíritu Santo me susurró con ternura:
El mandamiento no es solo amar a los demás… es amarlos como YO te he amado.
Y esa parte, como Yo te he amado, me sacudió el alma y mis emociones.
Jesús me amó con paciencia.
Me cuidó cuando ni yo sabía que necesitaba cuidado.
Me defendió. Me dio descanso.
Lloró conmigo. Me llamó por mi nombre.
No me empujó al límite. No me exigió perfección.
Me abrazó en medio de mi caos.
Entonces, ¿por qué me trataba yo tan distinto?
Desde ese día comencé un camino nuevo. No uno egoísta ni egocéntrico, sino uno lleno de gracia, compasión y verdad. Un camino donde el autocuidado no se trata de aislarme, sino de recordar mi valor en Cristo y tratarme como una hija amada.
No ha sido fácil. Vivimos en un mundo que etiqueta, que compara, que exige. Pero Jesús me invita a detenerme, a respirar, a recordar quién soy en Él. Y desde ese lugar, amar a los demás con más autenticidad y menos resentimiento.
Porque el autocuidado cristiano no es vanidad.
Es obediencia.
Es humildad.
Es amor que empieza por casa.
¿Por dónde empiezo?
Haz espacio para lo que te nutre el alma: un devocional, una caminata, una conversación honesta.
No ignores tu cansancio emocional. Llévalo a Jesús como lo harías con cualquier otra herida.
Rodéate de mujeres que te recuerden que no estás sola.
Di que no cuando es necesario, sin culpa. Jesús también se apartó a orar. También descansó.
Oración del corazón
Señor Jesús, gracias por amarme con tanta ternura y verdad. Ayúdame a ver el valor que Tú ves en mí. Enséñame a cuidar de mi corazón, mi mente y mi cuerpo como un acto de obediencia, no de egoísmo. Y desde ese lugar sano, que pueda amar a otros como Tú me has amado.
Amén.
Versículo para hoy
Romanos 12:10: Amense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.
Reflexión para esta semana
¿Hay una forma sencilla en la que podrías cuidar mejor de ti esta semana? ¿Y una mujer a tu alrededor que necesita ser vista, escuchada, amada como Jesús ama?
Si estás lista para comenzar este camino de cuidado con propósito, comenta abajo:
✨ Yo también merezco amor y cuidado ✨
Y que ese sea tu recordatorio esta semana.
¿Quieres una sesión con Ale?
Puedes agendarla aquí, sólo haz click
Versículo Lema: Porque olvidarás tu aflicción, como aguas que han pasado la recordarás”. Job 11:16 RV-60