Cómo dejar de ser tu peor crítica y empezar a ser tu mejor aliada
Vivimos en un mundo que nos enseña a buscar aprobación externa, a compararnos constantemente y a poner a los demás primero. Un mundo que directa o indirectamente nos bombardea con el estar pendiente más de los otros y la forma incluso en como nos podemos comparar siempre buscando lo que no tenemos, lo que nos hace falta o en lo que estamos fallando diciéndonos que es para verlo con una visión de mejora personal, sin embargo, como realmente nos está, ayudando esa comparación o esa búsqueda de aprobación.
Y la pregunta importante realmente es ¿qué pasa con la relación más importante después de la que tenemos con Dios? Me refiero a la relación contigo misma. ¿Cómo te hablas? ¿Cómo te cuidas? ¿Qué piensas de ti cuando nadie te ve?
Invertir en la relación con una misma no es un lujo, es una necesidad emocional y espiritual. Es la base sobre la cual se construyen relaciones sanas con los demás, decisiones sabias y una vida con propósito.
Y quisiera enfocarme en este blog en como podemos construir una mejor relación con nosotras mismas como pasar de ser la peor critica a ser nuestra mejor aliada, estos pasos te permitirán descubrir ese camino de amor propio hacía esa plenitud de vernos más desde el amor y la gracia con que Dios nos ve.
1. Observa tu diálogo interno
Nuestros pensamientos influyen en nuestras emociones y comportamientos. Hemos aprendido a ser muy exigentes con nosotras mismas y tratarnos con dureza, con críticas constantes o con palabras de menosprecio, y no necesariamente porque estemos conscientes de que nos estamos hablando así debido a que se ha vuelto parte de la normalidad en como nos tratamos y esto afecta directamente tu estado de ánimo, tu autoestima y tus decisiones. Quisiera que pudieras preguntarte:
¿Así como me hablo a mi misma le hablaría a una querida amiga?
✨ Ejercicio práctico: Durante un día, escribe en una libreta las frases que te dices cuando cometes un error o enfrentas un reto. Luego, imagina que se las estás diciendo a una amiga querida. ¿Le hablarías así? Si no, empieza a practicar la autocompasión: háblate como hablarías a alguien que amas.
2. Valida tus emociones sin juzgarte
Mejorar la relación contigo misma implica permitirte sentir sin castigarte por lo que sientes. La tristeza, el enojo, el miedo o el cansancio no son señales de debilidad, son parte de tu humanidad. Rechazar tus emociones es rechazar partes importantes de ti. El poder vernos para dentro y decidir vernos sin juzgarnos sino con la curiosidad de observarnos detenidamente. Hacer una pausa para conectar con nuestro interior y abrazarnos con compasión.
"El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido."
Salmo 34:18 (NVI)
✨ Ejercicio práctico: Cada vez que notes una emoción incómoda, respira profundo y di: "Esto que siento tiene un mensaje para mí. No me define, pero lo escucho."
3. Límites desde el amor propio
Cuando no pones límites, te vas alejando de ti misma. Dices que sí cuando quieres decir no, te exiges más de la cuenta y te descuidas. Los límites no son una barrera para los demás; son un acto de respeto hacia ti. Cuando establecemos relaciones sin límites es como cuando nos encontramos en una carretera sin señalización, rompemos las reglas de los otros y ellos las nuestras muchas, veces sin darnos cuenta porque no hay claridad de hasta donde podemos llegar.
✨ Reflexión: ¿Qué límites necesitas establecer para sentirte en paz contigo? ¿Con el tiempo? ¿Con tu descanso? ¿Con personas que te drenan emocionalmente?
4. Conéctate con tus valores, no solo con tus logros
La autoaceptación no debe depender de lo que haces, sino de quién eres. Reconectar con tus valores —como la bondad, la fe, la compasión, la honestidad— te ayuda a vivir en coherencia, lo que fortalece la relación contigo misma.
✨ Ejercicio práctico: Escribe 5 valores que son importantes para ti. Luego, piensa: ¿Estoy viviendo alineada a ellos? ¿Qué pequeños cambios podría hacer para acercarme más a lo que valoro?
5. Nutre tu vida espiritual
Nuestro valor propio no se basa en lo que hacemos, sino en lo que Dios dice que somos. Cuando conoces tu identidad en Él, puedes soltar la autocrítica, el perfeccionismo y el miedo al rechazo.
"Te alabo porque soy una creación admirable; ¡tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!" Salmo 139:14 (NVI)
Este versículo nos recuerda que fuimos creadas con intención, belleza y valor. Reconocer eso cada día transforma nuestra relación con nosotras mismas.
Mejorar la relación contigo misma no es un destino, es un camino. Es una práctica diaria de autoconocimiento, compasión y fe. No necesitas tenerlo todo resuelto para empezar a tratarte con amabilidad. Puedes comenzar hoy, justo donde estás, dando pequeños pasos hacia una versión más amable, consciente y espiritual de ti.
¿Quieres una sesión con Pame?
Puedes agendarla aquí, sólo haz click
Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. ¡Seré exaltado entre las naciones! ¡Seré enaltecido en la tierra!” Salmo 46:10 NVI