Cuando el corazón llora, el cuerpo lo acompaña

Cómo el duelo se manifiesta físicamente

Cuando atravesamos una pérdida profunda, solemos hablar del dolor emocional, del vacío que deja la ausencia o de la tristeza que nos invade. Pero el duelo no vive solo en el corazón: el cuerpo también lo siente y lo expresa.


Mi nombre es Sussy Villalta, soy psicóloga clínica y caminante del duelo tras la muerte de mi hermana menor, Diana 💜. En mi propio camino, aprendí que el cuerpo tiene su propio lenguaje para hablar del dolor… y escucharlo también es una forma de sanar.

El cuerpo habla cuando el alma duele

Nuestro cuerpo y nuestras emociones están profundamente conectados. Cuando el alma atraviesa una tormenta, el cuerpo responde.

El cansancio constante, el insomnio, los cambios en el apetito, los dolores musculares o la falta de energía no son signos de debilidad; son formas en que el cuerpo dice: “Estoy intentando entender esta pérdida.”

Durante el duelo, el sistema nervioso entra en un estado de alerta permanente. El cerebro procesa la ausencia como una amenaza al equilibrio que conocíamos, y esa sobrecarga emocional se traduce en respuestas físicas, aunque algunas veces nada de esto se manifieste de inmediato, muchas veces puede ocurrir meses después o incluso años. Algunas personas sienten un nudo en el estómago o el pecho oprimido; otras, un agotamiento inexplicable, como si cada célula estuviera de luto también. ¿Te identificas con esto?, Yo si!

En mi caso, este proceso tuvo un impacto directo en mi salud: mi sistema inmunológico se vio profundamente afectado. Durante el tiempo que acompañé la enfermedad de mi hermana, absorbió cada emoción en silencio, tratando de ser fuerte. Sin darme cuenta, llevé a mi cuerpo a un límite que terminó debilitando mis defensas. Fue un recordatorio doloroso, pero necesario: el cuerpo también necesita cuidados cuando estamos en duelo.

Manifestaciones físicas del duelo: señales que no debemos ignorar

Si el alma llora, el cuerpo nos acompaña. Y lo hace de muchas maneras que a veces pasamos por alto:

  • Falta de sueño o insomnio: cuesta conciliar el sueño o se interrumpe con frecuencia porque la mente no logra descansar.

  • Cambios en el apetito: desde la pérdida total del hambre hasta el comer en exceso como forma inconsciente de consuelo.

  • Olvidos frecuentes: podemos dejar de tomar medicamentos, olvidar citas o tareas importantes porque el cerebro está librando una enorme batalla para sobrevivir emocionalmente.

  • Cansancio: una sensación de cansancio que no mejora con el descanso, porque el cuerpo está agotado por el esfuerzo de procesar el dolor y de tratar de llevar adelante la vida sin que esa persona esté con nosotros.

  • Dolores físicos difusos: tensiones musculares, molestias digestivas o dolores de cabeza sin causa médica aparente.

Estas señales no significan que algo esté “mal” contigo; son el reflejo del profundo trabajo interno que estás haciendo. Son la forma en que tu cuerpo participa del duelo y pide que lo cuides.

Escuchar lo que tu cuerpo intenta decirte

Muchas veces intentamos “ser fuertes” ignorando lo que el cuerpo nos pide. Seguimos con las rutinas como si nada hubiera pasado, sin darnos cuenta de que estamos silenciando a un mensajero importante.

Ignorar estas señales no las hace desaparecer. Al contrario, el cuerpo puede enfermarse cuando no manejamos nuestras emociones de manera sana. Aprendí que escuchar al cuerpo es un acto de amor propio y de fe.
Dios nos recuerda que somos cuerpo, alma y espíritu, y que Él desea que nos cuidemos en todas esas dimensiones. Cuidar el cuerpo no es egoísmo: es parte de sanar y honrar la vida que aún tenemos. ¿Qué te está diciendo tu cuerpo hoy?, para de leer por unos minutos, y revisa cómo estás hoy.

Prácticas sencillas para reconectar: respirar, descansar, caminar

No hay fórmulas mágicas, pero sí hay formas suaves y reales de sostener al cuerpo mientras el alma sana:

  • Respirar conscientemente. Tomar respiraciones profundas cada mañana puede recordarle a tu sistema nervioso que está a salvo. (si tienes la posibilidad de hacerlo en un área verde, sin medias tocando el zacate, es una manera muy tangible de conectarte)

  • Descansar sin culpa. El duelo agota; no es pereza, es tu cuerpo sanando. Dormir más o hacer pausas no es retroceder, es avanzar desde el cuidado. ¿Qué compromisos debes poner en pausa para vivir una temporada de mayor descanso? Hay que organizar las tareas diarias distinto? ¿Hay que pedir ayuda para que no cargues tanto?

  • Caminar despacio. El movimiento suave, como una caminata corta cada día, ayuda a liberar tensión y a regular las emociones. Hay que empezar con lo que puedas aunque sea 10 minutos. Recuerdo perfecto la primera vez que lo hice luego que mi hermana murió, encendí la caminadora y no paré de llorar, de entender lo poco que quería hacer eso, pero lo mucho que lo necesitaba, cada día fue más fácil y fue mi medicina por todo el primer año, realmente funciona! ¿Empezamos esta semana?

  • Orar. Llevá tus emociones a Dios. Él conoce tu dolor y desea que vivas en plenitud, incluso en medio del proceso, aunque la oracion a veces se torne en reclamos y en tono de enojo, levantarse todas las mañanas y doblar rodillas, para mi fue un desahogo y me sentía en el regazo de Dios, es sanador.

Recursos gratuitos para acompañarte

Sabemos que el duelo afecta mente, corazón y cuerpo. Por eso, hemos creado un recurso gratuito:
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Palabras para recordar: versículos que sostienen cuerpo y alma

Estas son tres promesas bíblicas que podés memorizar y repetir en momentos de cansancio, ansiedad o dolor físico durante el duelo:

  • Salmo 4:8 – “En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado.”

  • Isaías 41:10 – “No temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.”

  • Mateo 11:28 – “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.”

Tu cuerpo también está de duelo

Sanar no es solo un proceso del alma. Es también darle al cuerpo el espacio, el tiempo y el cuidado que necesita para acompañarte en este camino. Escucharlo es una forma de amor propio, de honrar tu historia y de rendirle tributo a quien amás.

Si sientes que necesitas apoyo en este camino, quiero acompañarte, te dejo mi información de contacto para que nos conozcamos. 

Si conoces a alguien que leer esto le pueda bendecir, por favor compartelo.

Gracias por leerme y hasta la próxima edición!

Lic. Sussy Villalta 💜
Psicología Real


Instagram: @sussy_dueloyvida


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Versículo Lema: Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón. Salmo 34:18

Sussy Villalta

Perfil Profesional: Especialista en procesos de duelo, pacientes en etapa terminal, familiares y cuidadores. Soy psicóloga clínica con una profunda vocación por acompañar a personas en momentos de alto impacto emocional. Mi enfoque se centra en procesos de duelo, la atención integral a pacientes terminales, así como el apoyo emocional a sus familiares y cuidadores, brindando un espacio seguro para navegar el dolor, el miedo y la transformación que trae consigo la pérdida. Trabajo también con personas que atraviesan crisis personales intensas, ayudándolas a encontrar sentido, desarrollar estrategias de afrontamiento emocional, resolver conflictos internos y promover el bienestar desde una mirada compasiva, humana y basada en evidencia. Creo en una terapia que acompaña, sostiene y no juzga. En cada proceso terapéutico busco fomentar la resiliencia, el autocuidado y la conexión emocional, adaptando mis intervenciones a las necesidades únicas de cada paciente. Trabajo en español o inglés con la misma fluidez, lo que me permite acompañar a pacientes de diversas culturas y contextos.

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