Criar con conexión: Cómo el cerebro construye autoestima desde el vínculo.

¿Sabías que el cerebro de un niño se moldea con cada palabra, gesto y vínculo que experimenta?

La autoestima no es un rasgo fijo, sino una construcción constante influida por la calidad de las experiencias emocionales, especialmente en las primeras etapas del desarrollo.

Gracias a la neurociencia, hoy sabemos que no basta con decir “cree en ti”, sino que es necesario crear entornos afectivos, coherentes y estimulantes que respalden esa creencia desde adentro. 

En este blog estaremos desarrollando cuatro aspectos importantes desde la neurociencia que nos cuenta un poco más de cómo se encuentran ligados: 

🔑 1. Plasticidad cerebral: cada experiencia deja huella

Cuando somos niños y adolescentes nuestra capacidad para adaptarnos o cambiar según nuestro entorno es impresionante debido a la plasticidad cerebral, en las primeras etapas de vida el ser humano mantiene una alta capacidad de transformación. 

🧠 “Las conexiones sinápticas se fortalecen o debilitan con la experiencia. Aquello que se repite, se consolida” (Siegel & Bryson, 2012).

Esto se ve reflejado en las vivencias cotidianas desde como los miramos si les validamos sus emociones, si les brindamos el espacio de sentir y el como respondemos a sus emociones impacta directamente su autoconcepto y sus creencias. 

🌱 2. La neuroquímica del valor propio

Para el ser humano que nos refuercen positivamente activa nuestro sistema de recompensa en el cerebro, con más impacto en las etapas de la niñez y la adolescencia, activa circuitos dopaminérgicos que influyen en la motivación, la persistencia y la auto regulación (Schultz, 2015). A través de mensajes que validan el esfuerzo, el proceso y la regulación emocional lo que permite crear un patrón de pensamiento como: “Soy capaz”. 

🎯 “Los niños aprenden mejor cuando el refuerzo es contingente con el esfuerzo y no solo con el resultado” (Dweck, 2006).

Permitirnos incluso observar y hacer ver estados internos como: “Note que estabas frustrado y aún así seguiste intentándolo” permite fortalecer el autoconocimiento y la percepción de la autoeficacia. 

🤝 3. El vínculo afectivo y la regulación del estrés

El apego seguro no solo contribuye a la construcción de la autoestima, sino que además permite regular los niveles de cortisol (hormona del estrés) y fortalecer la amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal, estos sistemas están involucrados en la gestión emocional, la seguridad interna y la capacidad de afrontamiento (Cozolino, 2014). 

💡 “El apego seguro promueve la autovaloración porque transmite un mensaje clave: eres digno de amor, incluso cuando fallas” (Bowlby, 1988).

Una forma sencilla de poder comprender el apego seguro es pensar ken él como el mensaje emocional que recibe un niño cada vez que se siente comprendido y sostenido. Estas relaciones de apego no se tratan de perfección, sino de presencia sensible. Es “puedo ser yo mismo y aún así pertenecer”. 

📖 Como dice la Escritura: “El amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18). Cuando un niño se siente amado incondicionalmente, desarrolla una base de seguridad emocional que lo fortalece frente a los desafíos.

👀 4. Modelado parental y neuronas espejo: aprender desde el ejemplo

Las neuronas espejo, son las responsables de que lo niños no solo imitan lo que hacemos, sino literalmente su cerebro se activa como si viviera lo que observa en nosotros. Este sistema es indispensable para el aprendizaje social y emocional. (Rizzolatti & Sinigaglia, 2016).

✨ “Los cerebros de los niños absorben modelos de relación emocional como una esponja” (Siegel & Bryson, 2012).

👉 Si gestionas el error con compasión, si expresas tus emociones sin culpa, si hablas con respeto de ti misma, estás modelando una narrativa interna saludable. El ejemplo deja huellas duraderas, más profundas que cualquier explicación verbal.

Fortalecer la autoestima desde la neurociencia no se trata de “decir lo correcto”, sino de crear experiencias emocionales coherentes que permitan a los niños y adolescentes sentirse capaces, valiosos y amados. Es un trabajo cotidiano, lleno de pequeñas decisiones que dejan grandes huellas.

🧠 “No estamos criando cerebros perfectos, sino cerebros resilientes capaces de amar, aprender y adaptarse” (Cozolino, 2014).

📚 Referencias bibliográficas:

  • Bowlby, J. (1988). Una base segura. Paidós.

  • Cozolino, L. (2014). The Neuroscience of Human Relationships. W. W. Norton & Company.

  • Dweck, C. (2006). Mindset: The New Psychology of Success. Random House.

  • Rizzolatti, G., & Sinigaglia, C. (2016). The mirror mechanism: a basic principle of brain function. Nature Reviews Neuroscience.

  • Schultz, W. (2015). Neuronal reward and decision signals: from theories to data. Physiological Reviews, 95(3), 853-951.

  • Siegel, D. J., & Bryson, T. P. (2012). The Whole-Brain Child. Bantam.

¿Quieres una sesión con Pame?

Puedes agendarla aquí, sólo haz click

Versículo Lema: “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. ¡Seré exaltado entre las naciones! ¡Seré enaltecido en la tierra!” Salmo 46:10 NVI

Pame González

Psicóloga Clínica, Directora de la Clínica del Psicología Real con más de 10 años de experiencia dedicada al acompañamiento de pacientes en el viaje de la vida.

Anterior
Anterior

¿Quién es este hijo/a mía? Cómo volver a conectar con tu adolescente

Siguiente
Siguiente

Cuidando la salud mental desde un enfoque psicopedagógico y espiritual